domingo, 18 de diciembre de 2011

2012

2012

Written by José Alberto Villasana
Saturday, 17 December 2011 23:47
Muchos hablan del 2012 sin saber del tema. Los alarmistas lo relacionan con el “fin del mundo”, los esotéricos lo refieren a un indefinido pero muy fascinante “salto cualitativo de la conciencia” hacia una vaga “era de luz” de la humanidad. La mayoría permanece dubitativa, constatando que, efectivamente, hay signos que señalan cómo la humanidad se adentra a una etapa, amarga y esperanzadora, del todo inédita.
Solsticio de invierno de 2012
La fecha del 21 de diciembre 2012 no representa el fin del mundo, sino la alineación cósmica del eje central de nuestra galaxia, con nuestro sol y el planeta Tierra. Esa alineación sucede cada 25,625 años, dentro de un gran movimiento de traslación del sistema solar dentro de la galaxia, y provoca una serie de alteraciones climatológicas fruto, entre otras causas, del multiplicarse de explosiones volcánicas submarinas y del consecuente incremento de humedad atmosférica. Dicha alineación, que los mayas y los egipcios calcularon con admirable precisión, provoca también una variación en las ondas electromagnéticas que llegan a la Tierra. Pero, desde luego, no tiene nada que ver con el fin del mundo. Después de esa fecha, la humanidad continuará por al menos 1,007 años más, como veremos.
Tampoco el 2012 representa un “salto cualitativo de la conciencia” de la humanidad, argumento que sugestivamente utilizan los esotéricos en razón de que el movimiento de traslación de nuestro sistema solar, arriba descrito, recorre una órbita elíptica divida en dos fases de 12,812.5 años cada una. Lo que ocurrirá el 21 de diciembre de 2012 es que estará concluyendo, en lenguaje metafórico, la “noche” de nuestro sistema solar, y estará comenzando el “día”. Esto da pie a toda una literatura pagana que habla de un “despertar” de la humanidad, una “evolución”, una mejora en las personas que “vibren” al unísono de esa “energía”, enmarcada en la veneración a la “madre Tierra” y en la Deep Ecology, con términos muy sugestivos pero cuya esencia los mismos esotéricos no logran definir.
No hablemos ya de quienes tienen el propósito político de establecer, hacia el 2013, un gobierno mundial centralizado y socialista. Durante el 2012 intensificarán sus acciones para provocar el caos, sobre todo mediante el terrorismo encubierto y el asalto al sistema financiero.
El designio de Dios no es ni el fin del mundo ni el salto cualitativo de conciencia de la humanidad. Ciertamente, en la Tierra habrá una era maravillosa de paz, de justicia y de santidad verdaderas, en la que Jesucristo gobernará sobre toda raza, lengua, pueblo y nación.
Pero ese reino glorioso será fruto de una intervención divina positiva y gratuita por parte de Jesucristo, con su retorno glorioso, no producto de un “salto cualitativo” de quién sabe qué conciencia por la conjunción de unos astros, o del predominio de indefinidos “seres de luz” que nos ayudarán a escalar a quién sabe qué niveles de supuesta “energía” positiva.
La regeneración de la humanidad no será fruto de ningún esfuerzo humano ni mucho menos de conjunciones cósmicas, sino de una acción directa de Dios, después del más profundo declive de la civilización occidental cristiana y humana en general.
De las cenizas de ese colapso de la civilización, y gracias a la segunda Venida de Jesucristo, surgirá la verdadera y nueva humanidad restaurada. Un paralelismo de lo que acontecerá al mundo, sucederá con la Iglesia. En el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC Nº 677) se afirma que se equivoca quien piensa que el Reino de Dios se realizará mediante un triunfo histórico de la Iglesia en forma de un proceso creciente. Al igual que su fundador, dice el Catecismo, la Iglesia deberá de pasar por su pasión y su muerte, para finalmente poder llegar a su resurrección.
Lo mismo se puede afirmar de la humanidad: ésta tendrá un declive hasta el colapso radical, y de esas cenizas, por efectos de la primigenia transformación arriba descrita, será rescatada por su Creador.
Desde luego que la acción divina no anula la libertad personal, el Reino se alcanza primordialmente en el corazón de cada creyente mediante la oración, los sacramentos y las obras buenas. Pero la instauración social de ese Reino es obra totalmente gratuita por parte de Dios.
Para conocer lo que ciertamente sucederá en el futuro no hay que ver al calendario Maya, sino las profecías de la Biblia. No solo el Apocalipsis de San Juan, sino también los otros libros del género apocalíptico (sobre todo Daniel, Isaías y Ezequiel) los cuales, si bien fueron inspirados en el Antiguo Testamento, se refieren a las cosas que están por venir.
Ezequiel, por ejemplo, profetizó cientos años antes de Cristo que Dios volvería a reunir a su pueblo (después de más de mil años de haber sido expulsados de la antigua Canaán), y los volvería a traer “a su tierra”. Esa profecía se cumplió el 14 de mayo de 1948, cuando se fundó el Estado de Israel en Palestina. En esa fecha iniciaron, bíblicamente hablando, lo que se llama los “Últimos Tiempos”, que no se refiere al fin del mundo, sino a la conclusión de los actuales tiempos de la Iglesia o de las Naciones.
Lo que sigue, nos dice Ezequiel, será la así llamada “Guerra de Gog y Magog”, en la que Rusia y países árabes emprenderán una campaña militar conjunta contra Israel (Ez 38). El líder político que ponga fin a ese conflicto, mediante un acuerdo de paz, será un falso mesías a quien los judíos tomarán por salvador de Israel. Para los cristianos, ese falso mesías es el anticristo, el cual gobernará el mundo por siete años. Es al final de ese periodo, llamado por Jesucristo “la Gran Tribulación”, cuando se dará la Parusía, el retorno glorioso de Cristo. Será Él quien, en el Valle de Armaguedón, al norte de Israel, derrote al anticristo “con el soplo de su aliento”, e instaure su Reino en el mundo después de llevar a cabo el Juicio a las Naciones (que no debemos confundir con el Juicio Universal, el cual se dará después del fin del mundo y en Cielo).
¿Que sucederá en el 2012?
De 1999 a 2012 hemos vivido lo que podríamos llamar la “pre-tribulación”, Esta concluirá con el mayor declive de la civilización humana y con la Guerra de Gog y Magog descrita por el profeta Ezequiel (para nosotros la Tercera Guerra Mundial). En ese escenario, de 2013 a 2020 estaríamos viviendo la Gran Tribulación, los siete años del gobierno mundial del anticristo, que culminan con el retorno de Cristo en el valle de Armaguedón para derrotar al anticristo e inaugurar su Reino de “mil años”.
Si queremos saber con más detalle lo que sucederá, tenemos que proyectar las situaciones humanas representadas por los cuatro jinetes del Apocalipsis: el caballo rojo es cabalgado por el jinete de la guerra, el negro simboliza el hambre, el bayo es el de las pestes y epidemias, por último, el jinete del blanco representa el engaño supremo del anticristo, quien al concluir la Guerra de Gog y Magog se posicionará como líder mundial.
Cabe destacar que el primero de los caballos, cronológicamente hablando, es el de la guerra, el mismo signo que Jesucristo dio a los discípulos como señal de que la Tribulación está ya por comenzar: “se levantará reino contra reino y nación contra nación” (Mc 13, 8). El caballo del hambre y de las pestes son consecuencias inmediatas y lógicas de la guerra.
Tercera Guerra Mundial
El profeta Ezequiel nos narra una situación en la que Rusia y las naciones árabes “del norte” (Irán, Libia, Turquía, Etiopía…) atacarán simultáneamente a Israel (Ez 38, 3-8, 16).
Previsiblemente, esa guerra será ocasionada por un ataque previo de Israel contra Siria. Ese embate, que fue profetizado por Isaías, aparentemente refleja una agresión nuclear, ya que la capital siria será completamente destruida: “He aquí que Damasco dejará de ser ciudad; será un montón de ruinas. Cesará el reino de Damasco, y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Yahvé de los ejércitos” (Is 17, 1-3; 9). También Jeremías y Amós señalan que Damasco será destruida por el fuego (Jr 49, 23-27; Am 1, 3-5).
Evidentemente, los profetas no mencionan naciones que no tienen que ver con el contexto judío de aquella época, como los EEUU, el Reino Unido, la OTAN, que lucharán del lado de Israel. Pero esa realidad provocará lógicamente que células musulmanas y socialistas enfurecidas se den al saqueo y la destrucción dentro de Europa, lo que conducirá a una gran prueba para El Vaticano y la Iglesia Católica entera, enmarcada en el caballo blanco del que hablaremos abajo.
Isaías establece una relación entre la devastación del Líbano que aún no acontece (Is 10, 23-25; 34) y la total destrucción de Damasco. Ambas naciones son asirias, y el Líbano ha estado esencialmente aliado a Siria.
Colapso económico y financiero
Los “rescates” y reparaciones de emergencia para solucionar la crisis de 2008-2009 alargaron un poco más la vida del sistema financiero, pero su derrumbe será mucho más dramático y doloroso.
A medida que los billones de dólares inyectados estos tres años vayan fluyendo, se irá creando un creciente río de inflación que ahogará implacablemente a la población. La situación para la economía familiar será mucho peor, y los gobiernos tendrán que enfrentar inquietantes disturbios sociales.
La población pagará las consecuencias de quienes irresponsablemente han abusado de que, en 1913, un grupo de banqueros internacionales haya quitado al Congreso estadounidense la facultad de emitir los dólares y se la hayan adjudicado a si mismo, y también pagaremos las consecuencias de que, en 1971, hayan quitado el respaldo metálico a esos dólares (y al dinero de todo el mundo) pues, en la medida que es posible crear dinero de la nada, se han dedicado a multiplicarlo de forma exorbitante y dañina para el mundo entero.
En 2012, la irresponsable expansión de crédito y la exagerada creación de dinero ficticio llegarán a su fin inevitable, por lo que el sistema monetario y financiero internacional entrará en una colosal implosión. Por ello, no es exagerado afirmar que la civilización entera quedará en ruinas. No habrá distinción entre lenguas, religiones, etnias ó clases sociales, todos padeceremos las graves consecuencias de lo que se ha venido sembrando durante las últimas cuatro décadas.
Cisma de la Iglesia: dos Papas en Roma
Al inicio de estas reflexiones citamos el Catecismo de la Iglesia Católica, el cual nos dice que la Iglesia ha de pasar por su pasión y su muerte para finalmente llegar a su resurrección. Esa prueba consistirá en el más grave cisma que la Iglesia haya sufrido en su historia, un Papa legítimo y un antipapa líder de la “nueva iglesia”, ambos surgidos de un Cónclave “confuso”.
El hecho de que el Papa Benedicto XVI concluya sus días al frente de la Iglesia provocará que la masonería eclesiástica y los cardenales liberales quieran imponer a su candidato. Comenzará entonces una dolorosa división en la que, como menciona el Tercer Secreto de Fátima, habrá “cardenales contra cardenales, obispos contra obispos, sacerdotes contra sacerdotes”. Ese cisma existe ya en la Iglesia, pero no se ha cristalizado aún públicamente. Esto sucederá, como dice San Pablo, una vez que sea quitado de en medio aquel que “retrasa” la manifestación pública del anticristo, el Papa: “Tan solo con quitar de en medio a aquel que lo retiene, entonces se manifestará el impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca y aniquilará con la Manifestación de su Venida” (2 Tes 2, 3-8).
En 1909, el Papa San Pío X confió a su secretario particular y a otros eclesiásticos cercanos una revelación muy especial: “He tenido una visión terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará incógnito en alguna parte y después de breve tiempo morirá una muerte cruel”.
Ese acontecimiento, que aún no ha sucedido, coincide casi literalmente con el contenido de la visión que tuvieron los niños de Fátima en 1917. A ellos, la Virgen María les mostró la escena de un obispo vestido de blanco huyendo de una ciudad en ruinas, sobre los cadáveres de muchos sacerdotes y laicos, para posteriormente ser asesinado.
Lo primero que salta a la vista es que ese hecho no ha tenido verificación, y que no se refiere, como El Vaticano quiso hacer creer el 26 de junio de 2000, al atentado que Juan Pablo II sufrió en 1981, ya que el Papa no huyó de Roma, esta ciudad no estaba en ruinas, no había cadáveres de sacerdotes y laicos por su camino, y no murió posteriormente asesinado.
Decía el Cardenal Luigi Ciappi, teólogo personal del Papa Juan Pablo II: “El Tercer Secreto se refiere a que la pérdida de la fe en la Iglesia, es decir, la apostasía, saldrá de la cúspide de la Iglesia”.
En palabras del P. Paul Kramer, “El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada”.
En la historia de la Iglesia han habido 37 antipapas, es decir, eclesiásticos elegidos ilegítimamente estando en vida el Papa legítimo. La gravedad de este cisma es que el contenido será eminentemente doctrinal. Puede ser que su génesis sea de poder, como una presión sobre el Papa legítimo para renunciar, o fingiendo su entierro cuando en realidad pudo huir de Roma. Pero lo grave será la oposición entre la nueva iglesia y la Iglesia de la Tradición, la iglesia adaptada al mundo y la Iglesia fiel.
Además de Fátima encontramos otras revelaciones privadas que coinciden con la profecía de los dos Papas en Roma, el cisma y la huida de Roma del Papa legítimo:
La más importante y conocida es la de San Francisco de Asís: “Habrá un Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma. Se predicarán diversas formas de pensar que causarán que muchos duden, aún aquellos en las distintas órdenes religiosas, hasta estar de acuerdo con aquellos herejes que causarán que mi Orden se divida. Entonces habrá tales disensiones y persecuciones a nivel universal que si esos días no se acortaran, aún los elegidos se perderían”.
  • Juan de Vitiguero, en el Siglo XIII: “Cuando el mundo se encuentre perturbado, el Papa cambiará de residencia”.
  • Juan de Rocapartida, un siglo después: “Al acercarse el Fin de los Tiempos, el Papa y sus cardenales habrán de huir de Roma en trágicas consecuencias hacia un lugar donde permanecerán sin ser reconocidos, y el Papa sufrirá una muerte cruel en el exilio”.
  • Nicolas de Fluh, en el siglo XV: “El Papa con sus cardenales tendrá que huir de Roma en situación calamitosa a un lugar donde serán desconocidos. El Papa morirá de manera atroz durante su destierro. Los sufrimientos de la Iglesia serán mayores que cualquier momento histórico previo”.
  • El venerable Bartolomé Holzhauser, fundador de las sociedades de clérigos seculares en el Siglo XVIII: “Dios permitirá un gran mal contra su Iglesia: vendrán súbita e inesperadamente irrumpiendo mientras obispos y sacerdotes estén durmiendo. Entrarán en Italia y devastarán Roma, quemarán iglesias y destruirán todo”.
  • Las palabras de la Virgen reveladas en La Salette a Melania: “Roma perderá la fe, y se convertirá en la sede del Anticristo”.
  • La revelación recibida por la Madre Elena Aiello, famosa estigmatizada que fuera consultada con frecuencia por el Papa Pio XII: “Italia será sacudida por una gran revolución (…) Rusia se impondrá sobre las naciones, de manera especial sobre Italia, y elevará la bandera roja sobre la cúpula de San Pedro”.
  • La beata Ana Catlina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: “Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo”.
  • Elena Leonardi, asistida espiritual del Padre Pio: “El Vaticano será invadido por revolucionarios comunistas. Traicionarán al Papa. Italia sufrirá una gran revuelta y será purificada por una gran revolución. Rusia marchará sobre Roma y el Papa correrá un grave peligro”.
  • Enzo Alocci: “El Papa desaparecerá temporalmente y esto ocurrirá cuando haya una revolución en Italia”.
  • La Beata Ana María Taigi: “La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados. El Santo Padre se verá obligado a salir de Roma”.
  • La mística María Steiner: “La santa Iglesia será perseguida, Roma estará sin pastor”.
  • Las revelaciones en Garabandal: “El Papa no podrá estar en Roma, se le perseguirá y tendrá que esconderse”.
  • El P. Stefano Gobbi, místico y fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal: “Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viviendo”.
Estas serán las pruebas más dolorosas del 2012: la Guerra, el Colapso financiero, y el Cisma de la Iglesia. Ese caos llevará a que la humanidad acepte voluntariamente el gobierno mundial del anticristo, el cual solucionará los problemas humanos con un nuevo orden mundial, bajo un gobierno mundial, el suyo. Así lo dijo Rockefeller, en 1994, en una cena en las Naciones Unidas: “Estamos en los inicios de una transformación global. Todo lo que necesitamos es una gran crisis, y las naciones aceptarán así el Nuevo Orden Mundial”.
Por cuanto respecta a México, Dios ha permitido que la Gran Tribulación se sufra de manera anticipada. Y eso porque nuestra nación tiene un papel decisivo en los Últimos Tiempos. Por obra de la presencia de la Virgen de Guadalupe y por un designio ancestral, de aquí saldrá la renovación espiritual que habrá de transformar al mundo.
Por esta razón, el próximo presidente de México no será ninguno de los actuales candidatos, sino alguien que domine el tema del papel de México en los Últimos Tiempos. México se estremecerá por un nuevo Colosio y, por circunstancias inéditas, Dios se encargará de poner en la presidencia a la persona que requiere México para esa misión trascendente.
Desde el origen, Dios estableció enemistad entre la Mujer y la serpiente, prometiendo que aquella acabaría aplastándole la cabeza. Es ahora que seremos testigos del triunfo de la Mujer, que en el Apocalipsis aparece vestida de sol, con una corona de doce estrellas sobre su cabeza y la luna bajo sus pies, como en la mariofanía del Tepeyac. Es ahora que veremos cómo triunfa la verdad sobre la mentira, y cómo el Reino de Cristo en la Tierra se comienza a preparar ya en México, cuando el anticristo apenas se está preparando para intentar someter a todos bajo su Gobierno Mundial engañoso y apóstata.
La mentira que pretenderán imponernos a partir del 2012 se desmoronará ante la cada vez más próxima llegada esplendorosa de Aquel que es “el Camino, la Verdad y la Vida”.
Así se nos prometió. Así va a suceder.

martes, 15 de noviembre de 2011

CRISTO REY REINARÁ



EL TESTIMONIO DE NUESTRA ESPERANZA P. ANTONIO VAN RIXTEL CAPITULO II

Martes 15 noviembre 2011
por Federico Ledesma
CAPITULO II
EL TRIUNFO DE LA IGLESIA Y EL REINO DE CRISTO.
 Articulo I: Los dos campos.
 Introducción:
Antes de entrar en el tema, es necesario poner de relieve el punto central de la cuestión que nos ocupa; sí no siempre quedaría el peligro de desorientar al estudioso lector en vez de orientarlo, y de caer en afirmaciones que violenten la caridad y la justicia.
En primer lugar todos los católicos, sean milenaristas, no milenaristas o antimilenarístas, desean el triunfo de Cristo y de su Iglesia, y no solamente lo desean, sino que admiten y sostienen’ que ese triunfo de Cristo y de su Iglesia ha de venir con seguridad.
‘Pero frente a la pregunta: “¿Cómo y cuándo será ese triunfo?” se distinguen dos campos, que bien podemos llamar: 1º El campo de los evolucionistas; y 2º: El campo de los intervencionistas; porque mientras estos dicen que el triunfo de Cristo y de su” Iglesia será efecto de la divina intervención, los primeros sostienen una tesis más bien de una evolución lenta.
A- Los evolucionistas:
Había y hay algunos escritores católicos, que afirman que ahora estamos ya en pleno Reino de Cristo. Este Reino empezó con la muerte de Cristo en la Cruz y se manifestó desde el dia de Pentecostés, cuando este Reino tomó cuerpo en la Iglesia visible.Todas las profecías del Reino Mesiánico están realizándose progresivamente en el triunfo progresivo de la Iglesia que poco a poco, va conquistando el mundo y ha de llegar a una supremacía espiritual y moral sobre todas las naciones. Dicen que el fin de la Iglesia, no es sólo predicar la Buena Nueva de Cristo en testimonio a todas las naciones de la tierra y bautizar a los que creen, sino fundar el Reino de Cristo que ha de abarcar al mundo entero.
Si alguien les advierte que el resultado de esta tentativa, después de veinte siglos, es muy pobre y que cada día el mundo va de mal en peor, entonces ellos contestan que todavía estamos en el principio de esta gigantesca tarea, y que mil años para el Señor son como un día, y que quedan, pues, millares de años por delante. Pero que un día (antes que venga Cristo para el juicio final), llegaremos, porque lentamente el esfuerzo de la Iglesia, a través de los siglos, va aplastando más y más el misterio de iniquidad y el anticristianismo que obra desde el principio.
En esta doctrina evolucionista del Reino de Dios no hay, pues, ningún lugar, ni ninguna necesidad de una intervención directa y personal de Cristo para realizar este triunfo. Los medios habituales que Cristo dejó a su Iglesia y los esfuerzos de los católicos bastan.
Para sostener esta opinión, se fundan en la autoridad de San Agustín y de San Jerónimo y en la tradición casi unánime de los teólogos desde el quinto siglo. Muchos les discuten este fundamento. Con razón se les llama “antimilenarístas”.
B- Los intervencionistas:
El segundo campo abarca a los que afirman que el triunfo de Cristo y de su Iglesia no será el efecto de una evolución lenta y progresiva, sino de una intervención divina. Este campo se divide en dos grupos: a) los no-milenaristas; b) los milenaristas. Mientras ambos grupos afirman la necesidad de una intervención divina, discuten sobre el alcance y el efecto de esta intervención.
Artículo 2º: Los intervencionistas no-milenaristas.
A- Orientación:
Había y hay muchos otros, entre ellos teólogos y exégetas de gran fama, que creen que la Iglesia es el Reinado de Jesucristo; pero que el triunfo de este Reinado no ha de venir sin una intervención directa y necesaria de Cristo.
El Pbro. chileno Alejandro Hunneus Cox, en su opúsculo “El Reinado de Jesucristo” destinado a combatir el milenarismo, sintetiza bien los elementos de esta opinión cuando dice: Cornelio A. Lapide, siguiendo a los más sabios comentadores, afirma que el triunfo de Jesucristo y de su Iglesia en la tierra, después de la muerte del Anticristo, durará muchos años, hasta que llegue el juicio final. Este triunfo durará lo bastante como para que la Iglesia se reponga de las grandes luchas sostenidas contra el Anticristo, y pueda así recoger los frutos de su victoria.
Bossuet confirma esta opinión al tratar en su Historia Universal de la futura conversión de los judíos, que ha de verificarse inmediatamente después del Anticristo. Comentando un texto de Isaías dice: que, una vez
devuelta a los judíos la verdadera creencia, “pasará de sus hijos a los hijos de sus hijos sin alteración hasta el fin del mundo, tanto tiempo como sea del agrado de Dios hacerlo durar después de esta conversión admirable”. (Obra cit., pág. 87).
B- Escuela de Santo Tomás:
La escuela de Santo Tomás de Aquino sigue la misma opinión. En el opúsculo 69 “De preambuis ad judicium el ipsum concomitantibus”, pág. 452 (Edición Parmae, tomo 17) leemos: “Consolará el Señora a Sión” (Isaías 51,3), esto es: a la Iglesia de los fieles después de la muerte del Anticristo; y consolará todas sus ruinas, vale decir: las tribulaciones producidas por el Anticristo. Y los consolará de la privación de los bienes espirituales de que fueron privados en el tiempo de la persecución. Por eso será consolada, porque la Iglesia en tiempo del Anticristo tendrá y soportará una doble desolación: una porque será mortificada por muchos demonios; otra, porque no hará milagros.
A causa de esto, después de la muerte del Anticristo, será también doble la .consolación: esto es, la paz y la multiplicación de la fe. Entonces todos los judíos se convertirán a la fe de Cristo, viendo que fueron engañados. En aquellos días suyos, Judá será salvo e Israel vivirá tranquilamente, y el nombre con que será llamado, helo aquí: Justo Señor Nuestro (Jer.23, 6). Entonces verdaderamente confesarán a Cristo, a quien sus padres crucificaron; lo confesarán como Dios verdadero y verdadero Hombre, e igual al Padre en Potencia y Majestad, según la divinidad.
Por lo cual aquellos judíos junto con otros fieles prorrumpirán en alabanza y gozo grande cuando lleguen al conocimiento de Cristo. Se reconocerá que el Señor hace justicia (Ps.9, 17). Entonces dirán aquello del Apocalipsis 11,15: El Reino de este mundo, esto es, la universalidad de los fieles, ha venido a ser de nuestro Señor, de Dios Padre y de Cristo. su Hijo.
Según el entendimiento de este Reino, la tranquilidad empezará, pues, en este mundo, cuando Cristo, Hijo de Dios, destruya al Anticristo con el soplo de su boca (2 Tes.2, 8); e inmediatamente la Iglesia descansará pacificada durante media hora de silencio, esto es, por el tiempo que sigue hasta el fin del mundo. Y tal es lo que se dice en el Apoc. 8, 1: Se hizo silencio en el cielo, esto es: en la Iglesia, por espacio de media hora, Y por lo mismo también se dice: el Reino ha venido a ser. Y seguirá siéndolo, porque desde entonces cesará el fraude y la crueldad del diablo, y Dios con sus fieles todos reinará en perpetua paz y tranquilidad. Por lo cual se continúa diciendo en la referida cita (Apoc.11) y reinarán, esto es, los fieles en Dios y Dios en ellos, por los siglos de los siglos .Y en Daniel 7, 14 se dice de Cristo: “La potestad suya es potestad eterna que no le será quitada y su reino es indestructible“. Y de esto Juan  interpone juramento, y por eso dice: “Amen”, esto es, lo que está dicho se realizará verdaderamente.
En síntesis: como se ve, los propugnadores de esta opinión concuerdan en que el triunfo de la Iglesia ha de realizarse después de la destrucción del Anticristo y de la conversión de los judíos, que seguirá inmediatamente a esta destrucción. Este triunfo no vendrá, ni tampoco se realizará el Reino de grandísima paz y justicia anunciado por las profecías, hasta que no se hayan realizado estos dos acontecimientos.
Ahora bien, los mismos propugnadores de esta opinión sostienen, ya directa o indirectamente, que estos dos acontecimientos se realizarán por intervención personal de Cristo y serán obra de El solo.
C- Otras autoridades
En su comentario sobre el Apocalipsis (tomo 21, pag. 336 y sgs.), Cornelio A Lapide S.J. confirma en grandes páginas que el personaje que baja en el caballo blanco y a quien San Juan llama el Verbo de Dios, es Jesús (Apoc.19,11). El mismo San Juan le llama de igual modo al comienzo de su Evangelio: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios”. Los demás personajes son, dice Lapide, el ejército de los ángeles y de los santos, que vienen con Cristo, no soldados para pelear por El, sino como cortejo y espectadores  de su batalla y de su victoria contra el Anticristo y sus secuaces; porque esta batalla es de Cristo solo, por lo cual se dice en el vers. 21: “Fueron muertos por la espada procedente de la boca del que estaba montado sobre el caballo”.
Por lo demás, esta conclusión se deduce con claridad de la revelación de San Pablo sobre el Anticristo: “Entonces se descubrirá el inicuo, a quien el Señor Jesús quitará la vida con el aliento de su boca, y le deshará con la manifestación de su Advenimiento” (2 Tes.2, 8).
La Biblia de Crampon, traducida directamente del original bajo la dirección de los Padres de la Compañía de Jesús, en su nota al cap. 19, vers. 19, dice: “El Anticristo… ha declarado la guerra a Dios y a los santos … la conspiración general de las potestades humanas contra el cristianismo, bajo la influencia de Satanás y la conducción del Anticristo; la batalla final es el Advenimiento triunfal de Jesucristo para juzgar al mundo”. Y confirmando esta opinión en la nota que sigue (sobre Apoc.20, 1) habla de la bestia y el falso profeta “que acabamos de ver vencidos y castigados por Cristo en su segundo Advenimiento”.
Cristo en su segundo Advenimiento, cuando venga en plena gloria y majestad, vendrá pues para juzgar al mundo. Este juicio empieza con la destrucción del Anticristo, después de la cual vendrá el triunfo de la Iglesia con la conversión y restauración de Israel. Ha de durar pues, por un tiempo más o menos largo. Esto afirma muy expresamente San Agustín en la Ciudad de Dios, diciendo: “Cristo ha de descender de los cielos a juzgar a los vivos y muertos; éste será el último día del juicio divino, es decir, el último tiempo. Porque aunque no sabemos cuantos días durará este juicio, nadie ignora, por más ligeramente que haya leído las Escrituras, que en ella se suele poner el día por, el tiempo”.
Luego explica que se dice “último juicio”, porque hay varios juicios de Dios que se desarrollan en el tiempo, desde el Paraíso hasta el tiempo presente, y que el juicio que viene a realizar Jesús sobre los vivos y sobre los muertos, será el último y el definitivo (Civitate Dei, Lib.20, Cap. 1).
Los no-milenaristas admiten pues, que Cristo en su Segundo Advenimiento destruirá el Anticristo y a todos sus secuaces, y que inmediatamente después tendrá lugar la conversión de los judíos, y con ésta, se iniciará el triunfo de Cristo y su Iglesia en esta tierra. Y este triunfo que tiene el carácter de “juicio” sobre vivos y sobre muertos, no será meramente un triunfo espiritual de Cristo.
Porque: “En todo caso, la naturaleza del Reinado del Mesías no es meramente espiritual. Según el conjunto de las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, el Reino de Dios es un estado feliz del mundo regenerado y gobernado en nombre de Jehová, por su Cristo, Hijo de David. En este estado feliz debe tomar parte a su manera la creación material (Rom.8, 19 sgs.;  II Ped.3,13) y sobre todo los santos en sus cuerpos resucitados. El establecimiento del Reino de Dios, ya iniciado aquí abajo gracias a la redención de Cristo, seguido de su consumación, bajo su forma más perfecta en el cielo, tendrá lugar gracias a una derrota terrestre y visible de los impíos, partidarios del Anticristo, que Nuestro Señor vencerá y destruirá en su Segundo Advenimiento (11 Tes. 2,8; Apoc. 19,15 sgs.)”. Crampon “Dictionaire du Nouveau Testament”,”Royaume de Dieu”.
Nos parece útil terminar nuestra exposición sobre los no-milenaristas, advirtiendo al lector que es imposible llegar a una visión clara sobre la opinión no-milenarista, porque aunque concuerdan en aceptar una intervención directa y personal de Cristo, para que llegue el triunfo de la Iglesia y la realización del Reino Mesiánico, hay que decir, que no sostienen esta visión con consecuencia. Sucede muchas veces, que el mismo autor en sus comentarios a las Escrituras se contradice así mismo. También acontece, que comentando el mismo punto diversos autores, se contradicen entre ellos.
Artículo 3º: Los intervencionistas milenaristas.
A-· La caída de la Sinagoga.
Había y hay muchos católicos, que sostienen que las promesas del Reino Mesiánico, pertenecen al pueblo judío.
Pero este pueblo por causa de la soberbia y autosuficiencia de sus príncipes y sacerdotes, sus escribas y legisperitos, había caído en una espantosa ceguera. Porque estos guías ciegos del pueblo de Dios, que creyeron más en su propia sabiduría que en la palabra de Dios, habían deformado y cerrado las Escrituras con su tradición rabínica.
Esta ceguera se manifestó en el terreno de la doctrina, por una tradición que prácticamente enseñó que la justificación del hombre venía por el cumplimiento de las obras de la Ley, en vez de enseñar que la justificación del hombre venía por la fe en el Mesías, que por sus méritos, gratuitamente, justifica al hombre capacitándole para toda obra buena. En el terreno de las profecías, esta ceguera y autosuficiencia causó una tradición exegética, que les llevó: 1º) a menospreciar todas las profecías que anunciaron esta misma ceguera. 2º) a alegorizar todas las profecías que anunciaron la venida humilde del Mesías y el menosprecio y maltrato que recibiría de su pueblo. 3º) á engrandecer hasta materializar todas las profecías que anunciaron la grandeza del Mesías y la inmensa gloria de su Reino Mesiánico, interpretando el sentido literal de estas profecías según la “carne” y no según el “Espíritu”.
Cuando vino Jesús, se cumplieron al pie de la letra no sólo todas aquellas profecías que anunciaban el Mesías humilde, sino también aquellos tristes vaticinios que anunciaban el menosprecio y rechazo duro que había de recibir de su propio pueblo, caído en la ceguera por causa de sus príncipes y sacerdotes, escribas y rabinos, que apegándose a su tradición rechazaron al Rey-Mesías. “Vino a su propia casa y los suyos no le recibieron” (Juan 1). Pero el misterio de la iniquidad está siempre al servicio de la misericordia de Dios para todos los que quieren creer en El.
El delito de los judíos vino a ser nuestra riqueza. Porque, donde la antigua Sinagoga por su ceguera cerró la puerta al Rey-Mesías, levantándole en alto, el Cordero inmolado abrió las fuentes de salvación para todos aquellos que creen en su Nombre, y bautizados en el agua y el Espíritu Santo renacen como hijos y herederos de Dios y coherederos con Cristo.
El plan de Dios para con su pueblo queda en suspenso: “! Jerusalén! Jerusalén! que matas a los profetas y apedreas a los que a ti son enviados, ¿cuántas veces quise recoger a tus hijos, como la gallina recoge a sus pollitos bajo las alas? y tú no lo has querido. He aquí que vuestra casa va a quedar desierta. Y así os digo: Desde ahora no me veréis más, hasta que digáis ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor!” (Mat.23, 37-39). “Caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será hollada de los gentiles hasta que los tiempos de las naciones sean cumplidos” (Luc.21, 24).8-
B- La Iglesia en la doctrina milenarista.
Mientras tanto la Iglesia, fundada sobre Pedro, cumple el mandato: “Id, pues; de todas las naciones haced discípulos, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del siglo” (Mat.28, 19). Mediante esta Iglesia, el Espíritu Santo congrega en un cuerpo todos los hijos dispersos de Dios y ellos han de ser herederos del Reino de los cielos. Los miembros vivos de esta Iglesia, habiendo sido entresacados del poder de las tinieblas de este mundo, son trasladados al Reino de la Luz y reciben la ciudadanía celestial.
El mundo les aborrece y les persigue, como aborreció y persiguió también a Cristo, porque el discípulo no es mejor que su Maestro. Pero Cristo ha vencido al mundo, y ellos también vencerán por su fe en Cristo. Esta victoria de Cristo y su Iglesia se hará manifiesta en el día de la Parusía.
“Vosotros sois los que constantemente habéis perseverado conmigo en mis pruebas. Y yo os atribuyo la Realeza, como mi Padre me la ha atribuido a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino. Y os sentaréis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel”(Luc.22, 29). Cristo está sentado a la diestra de su Padre, para preparar el lugar para todos los suyos. Mientras tanto la Iglesia, sostenida por su fe en Cristo, está en medio del mundo como aquella que sirve, y de generación en generación anuncia la Buena Nueva del Reino de Dios, dando entrada a todos los que creen. Cuando el número de los elegidos entre todas las naciones sea completo, entonces vendrá Cristo otra vez, y tendrá lugar la primera resurrección y arrebato de todos los justos, que acompañarán a Cristo en su Venida a la tierra, y reinarán con El por mil años.
C- Escatología milenarista
Serán estos los tiempos de la restauración de todas las cosas de que antiguamente Dios habló por boca de sus Profetas, y el cumplimiento de todas las profecías sobre el Reino Mesiánico. ¿Cuándo y cómo será
esto?
A esta pregunta los así llamados “Milenaristas” católicos responden:
No nos corresponde saber la hora y los momentos del Segundo Advenimiento de Cristo, que el Padre tiene reservado a su poder. Pero sí sabemos que esto será en la consumación de la presente edad, cuando la apostasía llegue a su colmo. Entonces aparecerán las señales en la tierra y en los cielos, y se hará manifiesta la aparición del Anticristo, el cual se opondrá y se alzará contra todo lo que se dice Dios o se adora, hasta llegar a poner su asiento en el templo de Dios, mostrándose como si fuese Dios.
Entonces vendrá Jesús:
1º) Para resucitar de entre los muertos, y para transformar de entre los vivientes a todos los que son de El en su Venida y han de ser arrebatados para formar la gloriosa escolta de Cristo en su llegada a la tierra.
2º) Para destruir al Anticristo y todos sus secuaces.
3º) Para desterrar luego la impiedad de la casa de Jacob y dar efecto a la alianza prometida.
4º) Para mandar al ángel que encadenará a Satanás hasta los tiempos del fin.
5º) Para -(completado el número de los resucitados por la resurrección de aquellos que quedaron fieles a Cristo durante los tiempos  el Anticristo)- iniciar el reino con sus santos.
6º)Este Reino de Cristo con sus santos sobre Israel y sobre las naciones, abarcará el mundo entero y ha de durar desde la destrucción del Anticristo hasta el desencadenamiento de Satanás y la rebelión de Gog y Magog, que precederá inmediatamente a la Resurrección general, y al Juicio delante del gran Trono Blanco. San Juan dice que durará mil años, es decir, largo tiempo. Todas las profecías que se refieren a la restauración de las naciones, se cumplirán al pie de la letra en este Reino Mesiánico que abarcará al mundo entero, porque el triunfo de Cristo y su iglesia ha de ser completo.
7º) La destrucción de Gog y Magog,la Resurrección general y el Juicio constituirán la apoteosis solemne de este Reino de Cristo y de su Iglesia, que luego se perpetuará por los siglos de los siglos, en el nuevo cielo y en la nueva tierra en la que bajará la Jerusalén celestial.
Son estos, los puntos fundamentales en los que concuerdan los milenaristas acerca de la doctrina del Reino de Cristo con su Iglesia.
Artículo 4º: Síntesis del estudio milenarista del Padre Rovira S.J.
Ya que esta doctrina está en el centro de la discusión, es justo que presentemos una síntesis detallada de la visión milenarista. Y para que en la exposición de tan delicada materia no sigamos el propio juicio, dejemos la palabra a un eminente teólogo y exegeta jesuita, el Padre Rovira, dando un extracto fiel de su artículo en el Diccionario Espasa, titulado:
PARUSIA
Con el nombre de Parusía (del griego Pareimi =estar presente) se designa en el Nuevo Testamento el Segundo Advenimiento de Cristopara juzgar a los hombres.
Es artículo de fe que Cristo ha de volver con gloria y majestad para salvación de los que le esperan y para dar a cada uno según sus obras. (Heb.9, 28; Mat.16,27; Hech.1, 10-11 ).
Acerca de la hora de la Parusía, las Sagradas páginas enseñan:
1º) que será relativamente pronto, teniendo en cuenta que para Dios mil años son como un día. (St.5, 7-8; Apoc.22 ,20; II Ped.3,8).
2º) San Pablo enseña que antes ha de venir la apostasía y la manifestación del hombre de pecado que Cristo ha de destruir con el soplo de su boca. Y el mismo Cristo dice expresamente, que antes ha de ser predicado el Evangelio del Reino en testimonio a todas las gentes.  Resulta, pues, que los apóstoles no veían inminente la Venida del Señor (II Tes. cap. 2; Mat.24, 14).
3º) Nadie puede conocer la hora, ni aún los ángeles; sino que sólo el Padre la conoce. (Mat.24, 36; 11 Ped.3, 10-20; 1 Tes.5, 2; Apoc.16, 15; Luc17, 26 sgs; 21 ,35; Mat.24,38 sgs).
4º) Por último sabemos también que la Segunda Venida será súbita e inesperada.
a) Con respecto al punto anterior, algunos dijeron que los apóstoles en sus escritos inspirados podrían, aunque sin enseñar error, expresar su sentir propio acerca de la proximidad de la Segunda Venida. La Comisión Bíblica el 18 de junio de 1915 replicó:
1º) Que a ningún exégeta católico le es permitido afirmar que: los apóstoles (aunque bajo el influjo del Espíritu Santo no pueden enseñar ningún error) pueden con todo expresar su propio sentir y parecer, aunque en ellos haya error.
2º) Que San Pablo no expresó nada que no estuviere conforme con la ignorancia del tiempo de la Parusía.
3º) Que el lugar de San Pablo en I Tes.4, 15-17 no insinúa que la Parusía había de ser pronto, o que los Tesalonicenses habían de verla. Pues las palabras “Nosotros los vivientes” quieren decir: los que vivieren, los que quedaren.
b) En fin, hubo quien se hizo esta pregunta: ¿Cómo puede ser inesperada la Parusía, si la han de preceder tan grandes señales? En la misma forma que fue inesperado el diluvio; la humanidad acostumbrada a juzgar con criterio meramente racional, tomará las señales por fenómenos de la Naturaleza.
Aunque la hora de la Segunda Venida ha de ser desconocida para nosotros, Cristo dio algunas señales por las que se pudiese vislumbrar su cercanía. Podemos dividir estas señales en dos grupos: Remotas y próximas.
Son señales remotas: 1º) Guerras, hambres, pestes, terremotos;2º) persecuciones y martirios de los apóstoles y siervos de Dios; 3º)seducción de falsos profetas; 4º)acrecentamiento de la maldad y enfriamiento de la caridad; 5º) Jerusalén será destruida y hollada por las gentes hasta que se cumplan los tiempos de las naciones; 6º) predicación del Evangelio en testimonio a todas las gentes (Mat.24,9-13; Marc.13,7-13; Luc.21, 9-24).
Las señales próximas en el mundo serán:
1º) Voces o rumores acerca de la proximidad de la Venida (Mat.24, 23-26).
2º) Falsos profetas que harán prodigios fingidos (Mat.24, 24).
3º) Espíritu de apostasía e irreligión (Luc.17, 23-24; II Tes.2,3).
4º) La venida de los dos testigos, que según la interpretación de muchos Santos Padres, serán Elías y Enoch. Estos tendrán poder para cerrar el cielo, que no llueva; y para herir la tierra con plagas. Su testimonio durará mil doscientos sesenta días, y el Anticristo les dará muerte en Jerusalén; después de tres días se levantarán y serán llevados al cielo a la vista de sus enemigos y a la misma hora un gran terremoto en toda la tierra causará la muerte de muchos. (Ma1.4,4; Apoc.11,3-13;Mat.17, 11-12).
5º) Manifestación del Anticristo, a quien San Pablo llama hombre de pecado e hijo de la perdición. Luchará contra todo lo que se llama Dios y él se mostrará como si fuera Dios (II Tes.2,3-9; Apoc. 12,6-14). Tendrá gran poder y hará milagros engañosos. Su potestad será por curenta y dos meses. Luchará contra los santos y les ve vencerá. Le adorarán todos los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la Vida. A él se añadirá una segunda Bestia, figurada en el Apocalipsis con dos cuernos como el Cordero, que hará grandes prodigios a la vista de la primera bestia. Y será muerto todo el que no le adore y hará que todos lleven en sus manos y frentes el número del Anticristo: 666. También el profeta Daniel describe los rasgos del Anticristo: habrá otros diez reyes que apoyarán a la bestia, a los cuales el Anticristo congregará para luchar contra el Cordero, probablemente en la persona de sus siervos; este .núcleo de fieles se formará posiblemente entre los judíos convertidos por Elías, y la lucha será en un día que ni será día ni noche, pero,  al tiempo de la tarde habrá luz; el Señor habrá juntado todas las gentes en el valle de Josafat a causa de su pueblo y de Israel, su heredad. Entonces bajará Cristo para defender a los suyos, para vencer al Anticristo, y entonces será la Prusia. (Apoc.13,2-18; Dan. 7,23-28; Apoc. 17, 1-18; Zac. 12,11; Zac.14.1-7; Joel3, 1 y sgs).
A estas señales próximas en el mundo, se juntarán otras señales en el cielo  que predijo Cristo en su Evangelio; y las trae también Joel en su profecía. Según estas enseñanzas de Cristo (profetizadas también por Isaías y Joel) después de la aflicción del Anticristo, el sol se oscurecerá y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo y las virtudes del cielo serán conmovidas. (Mat.24, 29; Marc.13,24; Is. 13,9-11 ; Joel2.2 y sgs.).
He aquí algunas semblanzas utilizadas para presentar la Segunda Venida de Cristo en su carácter y su fin:
1º) Siega y separación del trigo y de la cizaña (Mat.13, 24-30).
2º) EI Hijo del hombre viene coronado y con una hoz en la mano (Apoc. 14,14-20).
3º) Es la trilla; Cristo con el bieldo limpia el trigo, separándolo de la paja (Mat.3,11-12).
4º) Es la pesca; después de la cual, se escogen los peces buenos (Mat.13,4 7 -50).
5º) Un banquete nupcial, al que son convidados muchos y del cual son excluidos los indignos (Mal. 22, 1-14; Luc.14, 16-24; Apoc.19, 9).
6º) Que hay que esperar vigilando, como las vírgenes prudentes (Mat.25, 1-13).
7º) Cristo que se va para tomar posesión de su Reino y vuelve a pedir cuenta a sus siervos (Mal. 25, 14-30; Luc. 19,12-27).
8º) En su Parusía Cristo es el Pastor que separa su ganado (Mat.25, 31 -34).
9º) Descríbese la Parusía como una guerra contra los enemigos y rebeldes (Mat.22,7; Joel 3,9-11 ; Zac.14,2; Apoc.19, 11-21).
Tiene pues la Parusía un triple carácter: 1º) De juicio y separación de buenos y malos. 22 Carácter de guerra, para destrucción de los malos. 3º) Carácter de auxilio, socorro y salvación de los buenos. Es en fin, el banquete de las Bodas del Cordero Cristo Jesús, con la Santa Iglesia, su esposa, al que serán admitidos los buenos (Heb.9,28; Luc.21 , 28).
Después de oscurecidos el sol y la luna y caídas las estrellas, aparecerá la señal del Hijo del Hombre, y se lamentarán las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo, con gran poder y gloria. En este momento el Apocalipsis presenta a Cristo como guerrero, que lucha contra el Anticristo y sus secuaces, y que regirá a las naciones con vara de hierro; en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de Señores. (Marc.13, 26; Mat.24,29-31 y 26, 64;Apoc.19,11 sgs).
Cristo Rey vendrá con su corte; le acompañarán sus ángeles y santos: “He aquí, dice Enoch, que el Señor viene con sus decenas de millares de santos a hacer juicio contra todos, y a dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías, que con impiedad han hecho, y de todas las cosas duras que ellos, pecadores impíos han hablado contra El” (Mat.25,31; Judas 1, 14-15).
Acerca de la Resurrección de los santos no están de acuerdo los teólogos e intérpretes. Comúnmente dicen que la resurrección ha de ser única y simultánea. Pero esto ha de entenderse de la resurrección general.
Más la resurrección particular de los santos será un privilegio. Así como con la resurrección de Cristo resucitaron también otros santos, -los cuales (opina Santo Tomás) no volvieron a morir- así también puede admitirse, que cuando aparezca Cristo para destruir el Anticristo resucitarán por privilegio algunos santos. Porque, cuando venga Cristo, enviará a sus ángeles para congregar los escogidos. San Pablo dice que los muertos en el Señor resucitarán primero; y San Juan afirma que los degollados por el testimonio de Cristo revivieron en la resurrección primera, y reinaron con Cristo mil años; los otros muertos no vivieron hasta cumplirse los mil años. (Mat.27,52-53; Santo Tomás Sup. 3 p.q.77 a 1 ad 3; Mat.24,31; Marc.13,27; ICor.15,23-24; ITes.4, 15-1 7;Apoc.20,4-5).
Los fieles que en aquel momento estuvieren en el mundo esperando la Venida de Jesús con vigilancia, serán transformados. Esto dice San Pablo: Los vivientes que queden hasta la Venida del Señor con vigilancia, serán transformados de mortales y corruptibles en incorruptibles e inmortales (I Tes.4, 13-17).
Los santos resucitados y los vivientes transformados, juntos serán arrebatados sobre nubes al encuentro de Cristo en los aires. Y dondequiera que estuviese el cuerpo, allí se congregarán las águilas; así los escogidos resucitados y transformados se juntarán alrededor de Cristo glorioso; o como dice el Señor en otro lugar: “Dos estarán en el campo, el uno será tomado y el otro será dejado… ” y es de notar que de los últimos no dice que son condenados, sino sólo dejados. (Mat.24, 40-41; Luc. 17,34- 35).
No serán pues arrebatados todos los fieles, porque habrá quienes durante su vida estaban esperando y vigilando; pero habrá otros que no vigilaban. Parece que Juan distingue dos grupos: Los degollados por el testimonio de Jesús, esto es: los mártires, todos o algunos (y en primer lugar los apóstoles, a los cuales prometió el mismo Cristo que en la regeneración se sentarían sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel); y los que (aunque no hayan sido martirizados) no adoraron a la bestia, ni recibieron su señal. Los primeros resucitaron; los otros fueron transformados y juntos fueron arrebatados (en este cumplimiento de la primera resurrección) para recibir el Reino. (Y esto nos explica la insistencia con que Jesús y los apóstoles nos llaman a la vigilancia, por la esperanza en la Venida). (Mat.24, 42; 25,13; Mar.13.33-37; Apoc.3, 3-11; 20,4-6; II Ped.3, 11-1 2; Mat.24,48-51 ).
Efecto de la Venida de Cristo será también la destrucción del Anticristo y en general de todas las potestades antiteocráticas que se oponen al gobierno de Dios. Refiriéndose a la destrucción del Anticristo, dice San Pablo: “y entonces se manifestará aquel inicuo, al cual el Señor quitará de en medio con el soplo de su Boca y lo destruirá con el resplandor de su Venida”. Y Zacarías: “Saldrá el Señor contra aquellas gentes enemigas de Jerusalén y se afirmarán sus pies en el monte de los Olivos”. Después: “Estos dos -dice San Juan- (la bestia y el seudoprofeta) fueron echados vivos en un lago de fuego” y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca de Cristo (II Tes.2,1-11;Zac.14, 3-4; Apoc, 19,20·21 ).
Junto con ellos, parece probable el encadenamiento de Satanás por mil años, que describe Juan (Apoc.20, 1-3; Apoc.12,9-13). Y a esto parece referirse también Isaías en su profecía, cuando dice: “En aquel día Yahvé juzgará a la milicia del cielo en lo alto (esto es, el diablo y sus ángeles) y aquí abajo a los reyes de la tierra (esto es, el Anticristo y los otros reyes partidarios) y serán juntados como se juntan los presos en la mazmorra, quedarán encerrados en el calabozo, y después de muchos días (los mil años del Apocalipsis) serán juzgados” (juicio universal).(Is.24,21-22).
Destruidas las potestades antiteocráticas y encadenado el diablo, seguiráse el Reino de Cristo con sus santos. De la profecía de Daniel se deduce: 1º) que inmediatamente después de la destrucción del Anticristo, no se acabará el mundo. 2º)La Iglesia compuesta de judíos y gentiles, seguirá extendida por toda la tierra. 3º) Los santos ejercerán el poder   y soberanía, y a ellos obedecerán todos los reyes del orbe. (Dan.8, 26, 27).
En Daniel se predice claramente, que a la destrucción del Anticristo seguirá, no sólo un triunfo, sino un Reino de Cristo y de los santos; un Reino que será sobre la tierra o debajo del cielo; un Reino en el que el poder será del pueblo de los santos altísimos, cuyo reino es sempiterno.
Esta interpretación no es universalmente reconocida, pero sí, es la más común, autorizada, y conforme a las palabras del Profeta. Así interpretan este texto de Daniel muchos santos Padres (como luego veremos) y renombrados intérpretes: Maldonado, Menaquio Firini, Gaspar Sánchez, Cornelio a Lapide y Knabenbauer.
Véase, por ejemplo, lo que dice Cornelio a Lapide: “Entonces destruido el reino del Anticristo, la Iglesia reinará en la tierra y de los judíos y gentiles se hará un solo redil con un solo Pastor”.
Dice Daniel que el Reino de los santos será sempiterno y lo dice porque nos presenta este reino continuamente después del juicio delante del gran trono blanco juicio final). Pero ¿cuánto tiempo de este reinado ha de transcurrir antes del Juicio Final? Algunos dicen que será breve tiempo (como Firini) otros afirman que este tiempo será largo. Esta segunda opinión parece más conforme con Daniel, que habla de un reino en la tierra (debajo del cielo) contraponiéndolo a los cuatro reinos antiteocráticos, representados por las cuatro bestias (que son: Babilonia, el Medo-Persa, el griego y el romano); pero el texto no nos afirma nada explícitamente de la duración de este reino. Aquí, empero, el Apocalipsis viene a solucionar la cuestión: porque San Juan nos dice, explícitamente, que este reino de Cristo con sus santos durará mil años (que por lo menos quiere decir largo tiempo). De allí surgió el nombre: “Milenaristas”
Los milenaristas se dividen en dos grupos:
1º)Heréticos y judaizantes, cuyo principal propulsor fue Cerinto; esperaban un reino terreno con placeres materiales y sensuales, y el restablecimiento de la circuncisión, sacrificios, ritos y ceremonias de la ley mosaica.
2º)EI llamado milenarismo espiritual que fue sostenido por Papías y otros Santos Padres. Éste, aunque no universalmente admitido, estuvo muy extendido entre los fieles de los primeros siglos. Dentro de este grupo militaron: San Papías, obispo de Hierápolis; San lreneo, obispo de Lyon; San Justino, mártir; el autor de la Epístola de Bernabé; el autor de la Didaché; Tertuliano; San Victoriano, obispo de Petovianense y mártir; San Metodio, Lactancia, San Zenón, obispo de Varona; y otros.
Verdad es que otros Santos Padres no admitieron esta doctrina, y aun la atacan positivamente; pero generalmente atacaron al milenarismo carnal y judaizante, más no al de San Papías y San lreneo. San Agustín dice, que esta opinión sería tolerable si se esperasen goces espirituales y no carnales. Y San Jerónimo, acérrimo impugnador del milenarismo, dice que aunque no sigue esta opinión. no puede condenarla porque muchos varones eclesiásticos y mártires dijeron estas cosas (Com.in Jer.cap. 23, 1-8;  caps. 30 y 31 ).
1º)Tampoco puede negarse, que en la doctrina milenarista se involucraron con frecuencia errores, que motivaron la condenación de libros milenaristas; pero la Santa Iglesia nunca ha reprobado positivamente el milenarismo de los Santos Padres y mártires.
2º)Es de importancia hacer notar, que los más antiguos milenaristas como fueron San Papías y San lreneo, transmiten esta doctrina, no como fruto de su interpretación escriturística, sino como enseñanza recibida de los Apóstoles y varones eclesiásticos.
Por eso, prescindiendo de todas las demás cuestiones, preguntamos solamente: ¿Contiene el Apocalipsis la doctrina defendida por los milenaristas? O en otras palabras: ¿será el reino de Cristo con sus santos, que describe el Apocalipsis, después de la muerte del Anticristo y antes del Juicio Final?
La respuesta probable parece ser la afirmativa, según el indicio extrínseco e intrínseco que existen.
Veamos en efecto que: 1º) Siendo San lreneo discípulo de San Policarpo y éste con San Papías, discípulos de San Juan Evangelista, parece lógico, que la interpretación del Apocalipsis deba ser según el sentido que le dan estos discípulos del mismo autor. 2º) Eusebio de Cesárea, para impugnar al milenarismo puso en duda la inspiración del Apocalipsis y negó que fuese escrito por San Juan. 3º) Además: tanto en Daniel como en el Apocalipsis se describe la destrucción del Anticristo; y en ambos, el reino de los santos sigue después de esta destrucción.
Pero vengamos ya a examinar el mismo texto. El capítulo 20 del Apocalipsis contiene dos elementos principales: 1º) encadenamiento y la encarcelación de Satanás por mil años, para que no ande más engañando a las naciones. 2º) Resurrección primera y reino de los santos: “Los degollados por Cristo y los que no adoraron a la bestia viven y reinan por mil años”.
Unos dicen que estos dos puntos ya han tenido cumplimiento, afirmando que: 1º)El diablo está ya encadenado y encarcelado desde la Pasión de Cristo, y ya no anda más engañando a las naciones, si no que sólo puede engañar a los que se le acercan .2º)La Resurrección primera, de que habla San Juan, es la entrada de las almas en el cielo donde gozan de la visión de Cristo y reinan, siendo reverenciadas en la tierra.
Otros, al contrario, dicen que lodo esto se ha de cumplir después de la destrucción del Anticristo, y explican:
1º) El diablo fue vencido por la Pasión de Cristo, más no parece que esté atado y encadenado en un abismo. Efectivamente, los apóstoles nos le presentan suelto: “Nuestra lucha no es contra la carne y sangre sino contra los principados y potestades, contra los señores del mundo de estas tinieblas, contra las milicias espirituales en el cielo”. Y San Pedro dice que Satanás es “león rugiente buscando a quien devorar”. Esto está conforme con el Apocalipsis, que distingue tres períodos en cuanto a Satanás: Un primer período en que Satanás está en el cielo o en el aire luchando con San Miguel, hasta que es derribado en la tierra. Un segundo período que empieza poco antes de la aparición del Anticristo, en el cual el diablo, habiendo sido derribado del cielo, está causando en la tierra la  gran tribulación, sabiendo que le queda muy poco tiempo. Un tercer período en que Satanás está encadenado en el abismo, después de la destrucción del Anticristo. (Ef.6, 12; Apoc.12, 3-18; 16,13; 20, 1-3).
2º) El Apocalipsis no parece entender que los santos reinan antes de la destrucción del Anticristo, ya que las almas que están debajo del altar piden a Cristo que venga el tiempo de juicio y venganza. Y les fue contestado que, tengan un poco de paciencia hasta que se complete el número de los mártires. Su reino, efectivamente, empieza luego de realizada la destrucción del Anticristo. Además se dice: Les fue dado el juicio ya que son “sacerdotes de Dios y de Cristo”. Y sabemos por San Pablo, que el sacerdote no puede ser un alma, sino sólo un hombre (Apoc.6,9-11; Apoc.20,4-6; Heb.8,3).
3º) Además de esto, San Juan dice que vio la resurrección de aquellos que no adoraron la bestia ni a su imagen, ni recibieron su señal; se trata aqui, pues, de contemporáneos del Anticristo, el que hará adorar su imagen; luego, sí aquellos han de reinar, estos mil años han de empezar a contarse a par1ir de la destrucción del Anticristo; como lo dice claramente el contexto entre el capítulo 19 y 20 del Apocalipsis, y no se puede aislar el segundo del primero.
4º) A esto se añade, en fin, que la persecución del Anticristo es muy diversa de la de Gog y Magog, que vendrá al fin del Reinado de Cristo con sus santos sobre el mundo. Porque el Anticristo es un rey que persigue a los justos, en tanto que Gag y Magog es una guerra de rebelión contra el reino de los santos; ellos ponen cerco a la ciudad de los santos, pero no entran en ella.
Consideradas todas estas razones, se sigue que el Reino de mil años, que predice San Juan en el Apocalipsis, ha de realizarse después de la destrucción del Anticristo.
Admitido esto, muchos puntos oscuros del Apocalipsis se aclaran; de lo contrario, el libro se convierte en un tejido de incoherencias inexplicables. Además, se aclaran muchos textos bíblicos: se explica por ejemplo, por qué Zacarías, después  de habernos hablado de las gentes que se juntan para pelear contra Jerusalén y del Señor que baja en auxilio de Jerusalén a pelear contra estas gentes (que es Cristo que viene a vencer y derrotar al Anticristo), después de habernos hablado de “aquel día que es conocido de Dios, y que no es día ni noche” añade: “Y será el Señor Rey sobre la tierra” y luego describe la situación y seguridad de Jerusalén.
Así se explica también por qué Joel después de haber descrito el juicio de Dios contra las gentes, esto es contra el Anticristo y sus reyes, después de describir las señales próximas de la Parusía: el sol y la luna que se oscurecen y las estrellas que niegan su luz; luego en los versículos siguientes pinta la santidad de Jerusalén y su prosperidad: “Y el Señor bramará desde San Sión, y desde Jerusalén dará su voz; y conmoveránse los cielos y la tierra; mas el Señor será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. Y sabréis que Yo soy el Señor vuestro Dios, que habito en Sión, el monte de mi santidad: y Jerusalén será santa y los extraños no pasarán más por ella”. Y así se podrían traer otros ejemplos (Zac.14, 7; Conf. Mat.24, 36; Joel3, 15-17)
Pasados, pues, los mil años, vendrá la rebelión de Gog y Magog contra la ciudad de los santos. Más tarde, el fuego de la conflagración con el cual serán encendidos y abrasados los cielos y los elementos. Y terminará el Reino de Cristo con sus santos sobre la tierra, con la apoteosis de la resurrección última y el juicio final descripto por Cristo: “pondré las ovejas a la mano derecha y los cabritos a la izquierda, etc.”(Mat.25,31-46).
Otra descripción del Juicio Final está contenida en el Apocalipsis, según el cual los muertos serán juzgados, según sus obras, delante del gran trono blanco. Y así como dice San Pablo, una vez que Cristo reine hasta poner bajo sus pies a sus enemigos, será destruida la muerte, y entonces entregará su Reino al Padre y será Dios todo en todas las cosas. Y vendrán entonces los nuevos cielos y nueva tierra, que vio San  Juan en el Apocalipsis y la Jerusalén celestial bajará del cielo y Dios morará entre los hombres. Y el Reino de Dios y de su Cristo será un Reino por las edades de las edades. (I Cor.15, 24-28; Apoc.21, 1·27).
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Nota:
He aquí la síntesis del artículo del R. P. Revira S. J. que con claridad expone la tesis milenarista. Creo que todos los milenaristas estarán de acuerdo con esta exposición. Quiero prevenir de antemano contra dos puntos:
1º) no resalta bien la restauración de Israel después de la destrucción del Anticristo.
2º) no ofrece una visión clara con respecto a la sede y centro del Reino de Cristo con sus santos. Lleva pues la característica del milenarismo de los primeros siglos, que exactamente en estos dos pormenores quedó bastante confuso. En nuestra reflexión llamaremos la atención sobre estos pormenores y ofreceremos una exposición más detallada.

jueves, 3 de noviembre de 2011

La verdad sobre mal llamado "Calentamiento Global"

Fuente: http://aguavivammix.blogspot.com/

Según la ONU el hombre es el culpable del calentamiento global ¿les creemos?



El hombre es el culpable del calentamiento global, según la ONU ¿les creemos?



Pueden leer la noticia aquí:

“El ser humano es el culpable del cambio climático que afecta a todo el planeta, según se infiere de las conclusiones la Comisión Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC en sus siglas inglesas).


En términos cuantitativos, la influencia de los humanos en los transtornos terrestres se aprecia en un 90% de los casos -según informa la BBC-, en particular a las emisiones de dióxido de carbono (CO2), cuya concentración en la atmósfera ha llegado a 379 partículas por millón en 2005.


Más de 3.000 científicos han dedicado seis años a elaborar un informe (consulta aquí el resumen en pdf), presentado el viernes en París, cuyas principales conclusiones son:


-La temperatura de la Tierra aumentará entre 1,8 y 4 grados centígrados hasta finales de siglo.


De hecho, los expertos calculan que según diversos escenarios la horquilla de la subida de las temperaturas podría ampliarse a entre 1,1 y 6,4 grados.


En las próximas dos décadas, la temperatura va a aumentar en 0,2 grados por decenio por las emisiones de efecto invernadero que ya se han realizado, y tampoco se podrá evitar que el incremento continúe a un ritmo de 0,1 grado por decenio aunque dichas emisiones se contuvieran en el nivel de 2000.”

La propaganda es constante. Están atemorizando a las personas con la idea que somos 7,000 millones de habitantes y que los recursos como agua y alimentos no va a ser suficiente para tantas bocas. A esto le añaden que “el hombre es el culpable del calentamiento global”, luego, para impedir un “holocausto climático” tienen que nacer menos personas…Por ejemplo, vean esta revista de ciencia "Scientific American" aconsejando “un hijo por pareja” para "detener" el calentamiento global porque "es claro que más seres humanos significa más emisión de gases efecto invernadero".

Así como la “superpoblación” es un MITO, también es un MITO (o un TIMO) que "el hombre es el culpable del calentamiento global”. Los geologos que estudian la evolución de la Tierra dan cuenta que estos eventos de calentamiento planetario se han repetido ciclicamente cuando el hombre no existia hace millones de años:


LA VERDAD DE ENVIROTRUTH:


"El Dr. Tim Patterson (*), profesor de ciencias de la tierra de la Universidad Carleton, de Ottawa, dice que esto es muy poco probable. El registro geológico revela que la única constante sobre el clima es el cambio. Mucho antes de que nuestra especie habitara la Tierra, había cambios mucho más extremos del clima de los que vemos ahora. En el pasado millón de años, la Tierra estuvo sujeta a por lo menos 33 Edades de Hielo y períodos interglaciales cálidos donde la temperatura se elevó muy por encima de la registrada jamás en la corta historia de la Humanidad. Paterson y otros demuestran que, aún en los últimos cien años, hubo períodos mucho más calientes y fríos que ahora.





Variación de la temperatura en los últimos 18,000 años
Durante más del 90% de la historia de la Tierra, las condiciones eran mucho más cálidas que ahora. Hace dos millones de años los bosques se extendían casi hasta el Polo Norte. Tan recientemente como hace 125.000 años, las temperaturas eran tan elevadas que los hipopótamos y otros animales –hoy encontrados sólo en África– tenían su hábitat en la Europa del Norte.

Sin embargo, los últimos 1,6 millones de años han sido mucho más fríos que esto, con periódicas fluctuaciones rápidas de intervalos fríos a calientes conocidos como interglaciales. Las causas de estas dramáticas variaciones climáticas incluyen las derivas continentales, cambios en la circulación océanos/atmósfera, bamboleos naturales de la órbita terrestre llamados "Ciclos de Milanko-vitch", y variaciones en la energía solar.

“A pesar del calentamiento de 0,7°C ocurrido durante el siglo pasado, (tanto calentamiento ocurrió antes de 1940, aún cuando la gran mayoría del aumento de CO2 en la atmósfera ocurrió también antes de 1940), las temperaturas globales han bajado unos 2°C durante los últimos 5,000 años (dependiendo de la latitud: una caída de 6°C en algunas regiones Árticas; una caída de 0,5°C en algunas latitudes menores). Se espera que una nueva Edad de Hielo comience dentro de los próximos pocos miles de años, de manera que cualquier calentamiento gradual resultaría una bendición, ya que podría retrasar el inicio del nuevo período glacial, o por lo menos reducir su severidad”.

El profesor Patterson da una descripción verbal interesante y fácil de comprender de las variaciones naturales del clima. Si entiende usted inglés, haga clic aquí para escuchar su presentación de tres minutos de duración – Por favor, asegúrese de tener sus parlantes conectados.

Muchos otros científicos son escépticos de la visión de moda que sostiene que la gente está causando un significante cambio climático. Uno particularmente convincente es el Dr. Fred Singer, presidente de The Science & Environmental Policy Project.
(*)http://http-server.carleton.ca/~tpatters/biography/biography.html

http://www.ideasinactiontv.com/tcs_daily/2005/01/the-geologic-record-and-climate-change.html

CALENTAMIENTO GLOBAL POR CAUSAS NATURALES

El documental "El gran fraude del calentamiento global" denuncia la manipulación de la información científica de parte de la Comisión Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC).

Tome nota que el informe del IPCC sobre la influencia del hombre en el calentamiento global ha sido firmado por 3.000 científicos....los científicos disidentes denuncian que varios de los firmantes no están de acuerdo con las conclusiones del informe del IPCC pero su opinión no es tomada en cuenta, solo interesa sus nombres para darle prestigio al estudio.

El siguiente documental revela que SI hay calentamiento global pero que no hay evidencia científica en cuanto a que el aumento del nivel de CO2 eleva la temperatura del planeta, más bien hay evidencia de lo contrario, el calentamiento del planeta hace aumentar el nivel de CO2.  Se trata de un evento cíclico que se ha repetido a lo largo de la historia de la tierra, periodos de calentamiento seguidos de periodos de enfriamiento.   El planeta ha pasado por épocas muy calientes, más que ahora, y no había automóviles, ni centrales de carbón. Y en un período largo se dio una época glacial, hielo cubriendo la mayor parte del planeta, y fue cuando más dióxido de carbono había en la atmósfera.   Por lo tanto, es falso que "el hombre es el culpable del calentamiento global".






Los detractores de ese documental dicen que estos científicos escépticos a la opinión de moda que "la gente está causando un significante cambio climático", se han "vendido" a las grandes compañías explotadoras de recursos.

En una entrevista al padre Manuel Carreira le preguntaron sobre el calentamiento global y ésta fue su respuesta:



J. A. Benito: Recientemente se observa una preocupación por el calentamiento del planeta, incluso hay toda una cruzada encaminada a que la humanidad se movilice para evitar toda suerte de cataclismos. ¿Qué nos dice la ciencia? ¿Hay razones para alarmarse? ¿Qué deberíamos hacer?


M. Carreira: Lo primero que hay que tener en cuenta es que el planeta Tierra ha pasado por muchas épocas de distinta temperatura, por razones astronómicas, por impactos de cuerpos venidos del espacio (como el que terminó con los dinosaurios), por actividad volcánica, por los movimientos de continentes que cambian las corrientes marinas: todo esto ha cambiado el clima terrestre mucho antes de que venga el hombre.


Hoy se habla de que hay mucho anhídrido carbónico en la atmósfera y que eso produce un calentamiento. La ciencia, por medidas de terrenos antiguos, conoce el clima en épocas muy anteriores al ser humano, y qué cantidad de anhídrido carbónico tenía la atmósfera.


Durante un periodo muy largo de tiempo se dio una época glacial, de hielo cubriendo la mayor parte del planeta, cuando más anhídrido carbónico había en la atmósfera. Ha habido periodos de calentamiento seguidos de periodos de enfriamiento pero, no sabemos bien por qué.


En titulares llamativos se dice que en toda la historia humana nunca hubo una época tan caliente como la actual. Eso es falso, porque tenemos pruebas históricas de que desde el año 800 al 1300, cinco siglos, la temperatura era varios grados superior a lo que es hoy y se llama a esa época, la época optima del Medioevo, porque floreció la agricultura.


Groenlandia, en vez de estar cubierta por glaciares, tenía vegetación que justificó su nombre: tierra verde (Green land).


Ahora se habla del calentamiento como debido al hombre, pero entonces no había automóviles, ni centrales de carbón echando humo a la atmósfera y la temperatura era varios grados superior a lo que es hoy.


Vino luego un periodo de enfriamiento desde el siglo XVII hasta fines del XIX. A partir de 1900 hasta 1940 aumentó la temperatura, en ½ grado, y esto era antes de que hubiese tantos automóviles, centrales de carbón, etc.


Desde 1940 a 1975, con muchas más fuentes de contaminación, se enfrió el planeta hasta tal punto que en 1977, una publicación de la Academia de las Ciencias de los Estados Unidos, dijo que estábamos probablemente comenzando una época glacial; esto hace 30 años que se dijo con toda esta clase de detalles.


Vino luego otra vez un periodo de recuperación, de elevarse la temperatura un poco, hasta el año 2000, sin cambio apreciable desde entonces.


Resumiendo: ha habido épocas en que antes de que aumentarse la cantidad de anhídrido carbónico de una forma importante había calentamiento, y hubo épocas en que con cantidad de anhídrido carbónico muy superior a las de hoy hubo enfriamiento.


La actividad humana puede causar un calentamiento extra, pero no es la razón única ni probablemente la más importante.


Hay que ver las cosas en su contexto y decir que la actividad humana puede hacer que un calentamiento por causas naturales ocurra más rápidamente y sea peor el efecto, y hay que actuar responsablemente, pero no se puede decir sin más que la actividad humana sea la causa única o principal del calentamiento que ahora se observa en períodos cortos de tiempo
Lo dice un reputado sacerdote y científico como el padre Carreira que NO se ha "vendido" a las grandes compañías explotadoras de recursos...Durante cinco siglos, desde el año 800 al 1300, no había automóviles ni fábricas como ahora y la temperatura era más caliente que la actual y fue la época que floreció la agricultura.  La actividad humana quizás podría añadir un "plus" al calentamiento, pero no es la única causa ni la más importante.  Los volcanes producen más CO2 al año que todas las fábricas, automóviles y aviones.

El científico Henrik Svensmark sostiene una teoría en la cual el Sol sería el mayor responsable del calentamiento global.  Pueden leer el artículo aquí (en inglés, próximamente lo traduciré al castellano).  Ante un evento supuestamente cíclico que calienta y enfría el planeta por causas naturales aunque desconocidas no podemos hacer otra cosa que estudiarlo.
 
Sin embargo, el meollo de todo este asunto "medioambientalista" es la avaricia y el egoísmo malthusiano.


Toda esta propaganda "catastrofista" apunta a que los países subdesarrollados no exploten, no consuman, sus propios recursos naturales (para controlar esos recursos)....la agenda malthusiana dice que la "despensa" debe permanecer lo más intacta posible, porque no falta quienes sostienen con total ausencia de juicio: "acabemos con el hombre antes de que el hombre acabe con la naturaleza", de ahí las políticas antinatalistas (legalización del aborto - esterilizaciones masivas y gratuitas - píldora del día siguiente)... que no nazcan más personas para que no las consuman... 

Mientras que por un lado, llueven financiamientos tanto para científicos como para ONG's medioambientalistas que difunden el timo que "el hombre es el culpable del calentamiento global"; por otro lado, censuran, calumnian,  y convierten en unos "parias" a los científicos que se atreven a denunciar la falsedad de esa propaganda.  Para estos valientes y honestos científicos es un problema porque les es muy difícil conseguir fondos para sus investigaciones después de dar la cara y denunciar esta manipulación. 

Por una cuestión ética no debemos contaminar ningún planeta.  La irresponsable contaminante explotación de recursos puede hacer que "un calentamiento por causas naturales ocurra más rápidamente y sea peor el efecto", por eso debemos disminuir la contaminación y si se explotan recursos, se debe hacer responsablemente aplicando la nueva tecnología que protege el medioambiente.  Pero que no utilicen la contaminación para atemorizar a las personas y "controlar" el crecimiento de la población y los recursos de los países subdesarrollados.

El "controlismo" no es ninguna friki-idea, ha sido anticipada en el plano literario por autores de la talla de C.S. Lewis: "la conquista final del hombre es la abolición del hombre"el padre Juan L. Ruiz de la Peña lo pone de manifiesto en su obra "Teología de la Creación" (Sal Terrae - p. 188-189).  Pueden leerlo aquí.